El sistema no va encaminado a tratar por completo el contenido de hidrocarburo en el agua, sólo a llevarlo a una forma que pueda ser retenida por el filtraje con arena, que es un proceso convencional y poco costoso.
En experimentos de laboratorio recientes se ha demostrado que este nuevo proceso basado en el filtraje por arena, tratamiento con ozono y cambios de presión, extrae con eficacia las gotas de petróleo dispersas en el agua. El éxito de las pruebas indica que la nueva técnica podría emplearse para impedir la formación de manchas de petróleo en las aguas residuales que se vierten en las zonas costeras.

El método también podría usarse para limpiar una amplia variedad de sustancias contaminantes en el agua e incluso en la tierra.
En los experimentos se ha demostrado que el nuevo método no sólo quita la capa de petróleo, sino que también deja al agua tratada de un modo tal que cualquier ácido, aldehído o cetona remanentes son más vulnerables a la biodegradación mediante microbios.
Tras este éxito en el laboratorio se espera la realización de demostraciones en aguas contaminados en diferentes lugares del mundo.
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